«Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación» (2Co 1:3).
Esta frase atribuye alabanza a Dios, porque «bendito sea» significa «adorado sea». Al Padre se le adora aquí mediante tres designaciones, cada una de las cuales le considera en su relación con nosotros en Cristo, es decir, relacionado con Cristo como cabeza del pacto y con nosotros como escogidos de Dios en él. Puesto que la primera de ellas la encontraremos de nuevo en Efesios 1:3, me reservare cual cualquier comentario hasta que veas y disfrutes Los próximos devocionales, los próximos están estrechamente relacionados y son interdependientes. Es “Padre de misericordias” para su pueblo porque es el Dios y Padre de su Señor. Y puesto que es “Padre de misericordias” para ellos, es también su “Dios de toda consolación”. Esta triple expresión se digna de nuestra más devota y entrañable meditación.
Oremos: Padre Amante, ya que te has dignado en revelarte a mi vida, permíteme conocerte y entenderte; eres mi consolador en todas circunstancias, ayúdame a esperar y refugiarme en ti. Gracias, en Cristo Jesús amen.
Ps. Caceres